Cuentos infantiles

  1. MIS RECUERDOS Y PESADILLAS DE NIÑA...
Siempre tuve pesadillas de niña, y me perseguían de adulta, no encontraba explicación a las cosas de porqué las soñaba tan repetidas veces. Me parece que recuerdo demasiado. Cuando le hablo a mi hijo, de lo que él hacía de niño, dice no recordarlas.
Está claro que esta en una época de mucha distracción, sin embargo, yo si que recuerdo..........
Un buen día, mi abuela fue a visitarnos al pueblo donde habíamos nacido la mayoría de mis hermanos y yo.
Yo tendría 5 años. Mi abuela me llevó de la mano al Kinder Garden, cuando estaba entrando, ví a una señora a la cual yo le tenía miedo. Entonces le conté a mi abuela que esa mujer me golpeaba, y que un día, me prohibió la subida por la calle, donde yo normalmente regresaba a casa, recuerdo haberme perdido y llorar por no saber regresar. Por suerte, una compañera de mi hermana grande, me encontró y me llevó a casa. Yo no comprendía aquello. Sin embargo, mi abuela se enfrentó a la mujer y la cogió del brazo y le dijo: No vuelvas a meterte con mi nieta, porque la próxima vez te las verás conmigo, Y esa amenaza sirvió, para que la mujer no se acercara más a mi.
Con los años, supe, que esa mujer sentía cierta rivalidad con mi familia, porque mi abuela compartió un tiempo la vida con el hermano de ella, y que lo abandonó por no saber comportarse como un hombre responsable.
Tambien, siempre solía ver máscaras y colores rojos como sangre, despertaba sobresaltada, durante años no se iba aquella pesadilla. Tenía miedo, soñaba estar debajo una banqueta en la escuela. Y llamaba a mis hermanas grandes y que no aparecian.
Se lo comenté a mi hermana grande, cuando yo tenía 20 años algo así, me dijo que hubo una manifestación, y que esa gente estaba pintada, e iba con palos y piedras. Que entraron a la escuela a obligar a los profesores que no pasaran clases. Entonces los niños pequeños, empezaron a correr por el patio asustados, y yo me quedé en el curso debajo de mi pupitre oculta llorando, se ve que estuvieron buscándome y me encontraron dormida.
Luego, otro recuerdo persistente, fue en otra visita de mis abuelos. Mi padre habilitó una habitación para que ellos durmieran. Yo  ví cuando mi abuelo, ponía una vela sobre una moneda, así como un soporte. Como sería mi picarezca de niña, que se me ocurrió cogérsela, la limpié bien y cuando bajábamos a la calle, por donde pasaba el bus, les dije a mis hermanas y primas que me la había encontrado entre la hierba.
Pero la cosa no quedó ahí, al regresar de la escuela, mi abuelo, nos puso en fila a todas y nos interrogó preguntándonos quien le había cogido la moneda. Nadie sabía nada.
Con el tiempo, mi padre decidió que fuéramos a vivir a la capital donde vivía la familia de él y de mi madre. Cogimos una casa cerca a la casa de mi abuela materna, para esos años mi abuelo había fallecido.
Me encantaba la vida al lado de mi abuela, era tan buena y alegre, yo dormía en la habitación con ella, encima de mi cabeza estaba la foto del abuelo, que me miraba, recordándome cuando le devolvería el dinero. Yo tenía miedo, despertaba muchas veces por la noche. Un buen día, mi abuela me regaló una moneda creo que era de un peso boliviano, y fuí al cementerio que quedaba al frente de la casa, y me acerqué a la lápida de mi abuelo, y le dije que le devolvía su dinero que yo le había cogido. Desde aquella noche no volví a tener pesadillas con él.
La otra que verdaderamente me impactó, fue cuando un día, estaba sentada detrás de mi Facultad en la Universidad, escuché una melodía y me parecía conocerla de toda la vida. El sonido salía de la Sala de Música qué melodía más relajante!!, y cómo podía yo saberla?, era increíble. Acudieron los recuerdos a mi mente.
No sé que año, lo que sé es que yo era muy pequeña, 6 o 7 años quizás, si....; ya lo recuerdo...........!!, es lo que siempre buscó mi mente, en mi inconciente. Era un día en que mi madre, me cambió la ropa, ella y yo salimos de la mano, y fuimos rumbo a la plaza del pueblo. Algo tenía, parecía molesta de algo, que en esos años yo no entendía.
Iba con una blusa clara una falda negra, y una larga melena ondulada, qué bonita estaba!!, me dijo que entraríamos al cine, compró las entradas y nos sentamos en aquellas sillas.
Luego empezó una película, mi madre por la razón que fuera, no paraba de llorar. A mi mente, sólo venía el recuerdo de una chica joven y guapa con  florecillas en forma de corona en la cabeza, llevaba puesto un vestido morado aterciopelado con algunos adornos dorados.
Al salir del cine, pasamos por una peluquería. Y la larga cabellera ondulada de mi madre, la trajeron envuelta en un papel, ella quedó con un peinado muy corto. Regresamos a casa, al entrar, mi padre había traído un juego de sillones color verde. Pero él se olvidó de la sorpresa, cuando vió que mi madre traía otro peinado, Hubo un lío gordo por eso, ya que se escuchaba cómo discutían detrás de la puerta.
Está claro ahora, porqué siempre que dormía escuchaba la melodía de la pelícua de Romeo y Julieta, y porque esos recuerdos se habían quedado ocultos en mi cerebro.

     2.  HISTORIA  DEL BOSQUE 

En una casita de campo, vivía una niña con sus padres. Era un lugar donde habían muchos árboles y tambien animales. Un buen día, cuando la niña caminaba por el lugar vio a unos habitantes del bosque, tener esta extraña discusión : Era una culebra que había capturado un pequeño ratón y lo llevaba en la boca, por detrás corría la mamá rata que hacía gestos, llamando su atención desafiante, Eh! métete conmigo grandullona! y deja ir a mi hijo. Mientras que el pequeño ratón gritaba: mamá mamá, ayúdame!! Despues de muchos intentos de la mamá rata de salvar a su hijo, vió como al final la culebra continuaba su afán perdiéndose en la selva.  A su vez, llegaba un niño con su madre de visita, en el camino encontró un capullo hermoso, era blanco, muy blanco, corrió a cogerlo. La madre advirtiendo el peligro le dijo: Nooooooo, qué haces?, a lo que el niño contestó: mira alla hay algo muy bonito, parece de algodón. La madre cautelosa le dijo: el bosque puede darte muchas sorpresas, debes tener cuidado!.
Si quieres asegurarte, que no salga nada de ese algodón, coge un palo largo y con eso lo mueves para ver de no tener sorpresas desagradables. Así lo hizo, cuál fue su admiración que de aquel algodón salió una araña grande muy peluda y se paraba con las patas en gesto de defensa.  Que decía, ¿quien osa despertarme de mi sueño?, !dejarme dormir!, sinó te echaré mis pelos para que sepas que no debes tocarme. A lo que la madre del niño le decía vés?, porqué te digo que debes tener cuidado?, esta es la casa de los animales y pueden salir de cualquier parte.
Aquella noche llovió mucho, la abuela de los niños, parecía muy preocupada. Por la tarde había visto un nido de colibrí, era tan pequeño! y tenía 2 huevos, se veía que lo tapaba una hoja, y la rama era muy fina.
Durante la lluvia, el viento azotaba muy fuerte, se escuchaba cómo se movían las ramas. La abuela decía, seguro que no han sobrevivido!!. A la mañana siguiente, todos  fueron a mirar el nido del colibrí, y ahí estaba intacto!, no le había pasado nada!. La abuela muy contenta les dijo a los niños, es verdad que los animales del bosque, saben exactamente donde construir sus nidos, cómo  hacerlo.

      3. LA EXTRAÑA PAREJITA

Llegaron a casa, como muchos animales, ya no era gracioso tener que darles de comer todos los días, ni limpiar sus excrementos. Si, venían en una jaula, era un patito y un pollito. Qué bonitos eran, los primeros días, estuvieron en otra jaula grande, para que pudieran adaptarse, a su nueva casa.
Qué extraño se decían, has visto?, aquí hay muchos que son de iguales que nosotros. Los demás animales adultos, se acercaban a darles la bienvenida. Aunque de cuando en cuando, se acercaba una gallina clueca a decirles, manteneros lejos!, no os acerqueis a mí, les decía con muy mala leche.
Poco a poco, se les fue dejando correr por el patio, ellos siempre iban juntos, aunque se escuchaba que rumoreaban: qué hacen estos dos juntos?, por ahí había un pollo joven que decía: Es una extraña amistad, nunca se ha visto en este patio, que dos especies diferentes vayan juntas, que sois unos raros, les decían!
Ellos haciendo caso omiso, seguían a la suya, cuando el pato se metía al agua, el pollo se desesperaba porque lo tenía lejos, y le llamaba anunciándole eh! aqui hay comida, es un gusano suculento! le decía.
Luego muchas veces, el pollito acudía, al llamado de los gallos, porque por intuición sabía que decía, aqui hay comida acercaros gallinitas!. O se subía a algún objeto, y el pato parecía decirle, bájate que te romperás una pata, insistía tanto, que el pollito terminaba siempre caminando a su lado.
Mientras el pollo rascaba el suelo, el pato cuchareaba entre el suelo con barro. Se notaba enfadado cada vez que el pollo se despistaba. Fueron creciendo, y ya iban a buscar comida cada vez más lejos, en el campo.
Un día, el pollo decidió, que ya tenía que romper los lazos de unión con el pato, y se fue a buscar otras aventuras con los demás pollos y gallinas, Se decía asimismo, este pato es un extraño, no rasca el suelo, no se sube a ningún sitio, no camina en grupo. ahí te quedas le dijo.
El pato lo llamaba durante el mediodia, donde estás, pollo, mal amigo!, eres tan tonto que seguro te has perdido!!, cua cua cua cua!!. Hasta que llegó el atardecer, cuando todos los aventureros volvieron. La cara del pato, cambió y corrió al lado del pollo, donde estabas?? desgraciado!! y lo cogió a picotazos. Le dió una paliza, al pollo y el otro la recibió sin quejarse.
Los días siguientes volvieron a repetirse, el pollo y sus congéneres buscaban comida en otros sitios, cada vez mas lejanos. Y el pato, se cansaba de llamarlo, hasta que al parecer empezó a encontrarse identificado con los demás patos y vió que hacían las mismas cosas que él, y dejó de echar de menos al pollo.
Aunque de cuando en cuando, se le acercaba, al parecer para charlar con él. Y así fueron creciendo, hasta terminar mezclandose, cada uno, con los de su especie. Los demás animales no olvidarían nunca, aquella extraña amistad.

      4. LA HISTORIA DE MI PERRO BALOO


Era el mes de septiembre, por casualidad en casa de mi hermana, se encontraba una perrita pariendo a una camada de 5 cachorros. Pertenecían a una vecina.
A los días del alumbramiento, podíamos ver cómo el hijo de la vecina, manejaba a los perritos, a algunos no los sujetaba bien y se le caían de las manos.
Y ahí estaba, Baloo, le decían el feo, veiámos cómo estaba siendo descuidado y maltratado. Me lo ofrecieron, después de haberle preguntado a mi marido y mi hijo su opinión, pasó a ser un miembro más de la familia.
De pequeño, dormía plácidamente en la falda de mi marido y en el sofá, luego cuando estaba dormido lánguidamente, era trasladado a su iglu, que yo le había construído. Se puso bonito con el tiempo, tenía una mancha negra en el ojo y otra en el dorso, lo demás blanco. El perrito fue creciendo, y luego cuando tenía los meses suficientes, lo llevamos a que le hicieran la cartilla de vacunas, había algo extraño en él, siempre daba vueltas sobre su mismo eje. Daba tantas vueltas que muchas veces lloraba.
A medida que fue creciendo, fue más importante para nosotros, era como el otro niño que no pudimos tener. Mordía todo lo que encontraba, zapatos, sandalias, pantuflas y las cubrecamas, no había nada que se le escapara de los dientes. Luego empezó a levantar la pata para orinar lo trasladamos al garage, mi marido le construyó una casa de madera.
Baloo, comía filetes, entrecot, sopas, siempre comió lo que nosotros nos servíamos, no había diferencia para su alimentación. Recuerdo que le fabricamos un chaleco con un calcetín de esos polares de invierno, como era tan pequeño.
Un  día se nos perdió, lo buscamos por todo el pueblo, lo pasamos fatal estábamos muy tristes por su pérdida, pusimos letreros, preguntamos a la gente, estuvimos 5 días buscándolo, nadie nos daba razón. Y tambien denunciamos su pérdida a la policía.
Yo no tenía muchas ganas de comer y lloraba, estábamos todos deprimidos, no nos conformaba y cada que salíamos siempre estábamos mirando por todos lados. La policía no nos llamó. Un día pregunté a un hombre si conocía algún sitio donde dejaran a los animales extraviados, y nos dijo que había una perrera en Alella.
Le dije a mi marido que fuésemos a ver a ese sitio. Cuando llegamos dimos la descripción, nos dijeron que no tenían un perro con esa descripción, pero nos dijeron que pasáramos a mirar donde estaban en jaula los perros abandonados y/o extraviados, y no había nuestro cachorro. Desilusionados dimos la vuelta para decirle a la chica que no había ningún perro, vimos que ella traía un perrito pequeño, era el nuestro!!, estaba irreconocible, estaba forrado de punchas y tenía una cara muy triste, le hablamos: Baloo, Baloo!!, el nos mirò y nos movió la cola, qué alegría haberlo encontrado!!, nos dijeron han venido justo a tiempo, en dos días íbamos a sacrificarlo. Despues de pagar todas las tasas, todo lo que nos cobraron, lo llevamos a la peluquería, estuvo triste varios días, no quería jugar ni nada, tenía mucha tristeza, con los días se le pasó.
Baloo era un perrito feliz, tenía de compañía a otras perritas de la manada. Y juntos disfrutaban del patio de la casa y desde ahí, miraban a los otros vecinos perrunos pasar.
A algunos les saludaba con ladridos y el movimiento de su cola, y a otros con gesto agresivo, como diciendo hey!! no acercarse demasiado que este es mi territorio. Un día volvió a encontrar la puerta abierta y decidio husmear el terreno y siguió, siguió y no supo volver. Sus dueños, otra vez lo buscaban, pues sabían que el sentido de orientación no le funcionaba. Lo buscaron durante días, volviendo a notificar a la policía. Hasta que un día llamó un hombre. Si, esta vez estaba en el polígono por detrás de la casa, acompañaba a un hombre de una portería, que le vió y lo cobijó en el sitio, hasta ubicarnos, fuimos a buscarlo y otra vez, tenía la cara de tristeza y depresión. Y le decíamos como es que tanto te pierdes, para qué sales de la casa? y el nos miraba como diciendo, no lo sé.
Ha ido creciendo, muy bien alimentado, y cuidado, un día empezó a cojear, y cada vez peor. Lo llevamos al veterinario y dijo que seguramente con la falta de coordinación de sus movimientos cuando da muchas vueltas, seguro se ha lastimado. Despues de días la cosa se puso peor, lo llevamos a otro veterinario, y nos dijo que puede se haya lastimado y nos dió unas pastillas antiinflamatorias. Baloo, siguió empeorando ya no caminaba, se hacía las cosas encima. Cada día había que cambiarle la ropa de la cama, trasladarlo de su casa del garage a su casa del patio, en brazos. Durante un mes estuvo enfermo, pero no dejaba de comer, cosa que ayudó mucho. Un día vencidos por la falta de mejora de su salud, decidimos llevarlo a una clínica veterinaria, al pueblo de al lado, para darle la última oportunidad de su vida. Y si no nos daban soluciones, tendríamos que sacrificarlo. Le hicieron varias analíticas y al final dieron con su dolencia, era Leishmania. La habría cogido durante el verano, cuando dormía en el patio. Estuvo internado, hasta que se notaba su mejoría, lo llevamos a casa. En adelante, tendría que tomar pastillas toda la vida, mañana y noche.
Ahora tiene una presencia saludable y mucha alegría, no ha dejado de dar vueltas. Se desespera que le abran la puerta del garage para salir a mirar si algún perro osa entrar a los predios de la casa, o si vé alguien extraño a la familia. Le gusta compartir compañía con las perritas de la manada. Es un perrito muy bueno, sabe que despues de la comida tiene que esperar a que le den su medicina, luego jugar con su papa, mama y hermano, para salir al patio a esperar que salgan sus compañeras de correrías.
Esa es su vida y aunque de cuando en cuando da sustos, como últimamente, en un solo día le dió 2 ataques de epilepsia, el primero nos cogió de sorpresa y el 2do. apartamos todo lo que le rodeaba, para evitar que se hiciera daño. Así es nuestro perro, pero con todas y esas es muy querido y su presencia en casa es una alegría. Tiene algunas canciones compuestas:
Porque es un perrito muy bueno, muy bueno, muy bueno, porque es un perrito chiquito, chiquito, chiquito.......... escuchando va tras mis pasos............olisquea sin cesar, porque no quiere ver a extraños pasar.. siempre alerta está, como diciendo: cuidado! va mi mamá

       5. HISTORIAS GRACIOSAS DE NIÑOS

Era el primer año de cole de mi hijo, yo le había puesto su uniforme bien planchado, camisa blanca, pantalón azul, zapatos negros, corbata azul, su pañuelo y sus calcetines oscuros. Estaba bien bañado y muy bien peinado. Habíamos desayunado juntos, luego le acompañé al cole que estaba a 3 casas de la casa de mis padres, donde ambos vivíamos.
Mi hijo tenía 5 años, estaba empezando la primaria, yo estaba feliz de verlo ir tan encantado a la escuela, luego de dejarlo, me fui al Instituto de Investigaciones donde tambien felizmente trabajaba.
En el laboratorio, no dejaba de pensar, cómo le habría ido a mi niño en su primer día, se lo comenté a mi jefe, el me dijo si quería ir a buscarlo que me fuera antes del horario de salida. Sin perder más el tiempo, volví tan pronto pude. Al llegar a casa, ví que algunos niños todavía seguían en la puerta del colegio, uno de ellos se me acercó y me dijo: Señora usted es mamá de Diego?, le dije sí, porque?, porque está llorando en el curso, ha peleado con unos niños. Fuí a ver lo que sucedía, y no podía creer cómo estaba, con la camisa sucia, la corbata por su espalda, el pantalón roto, y me acerqué a preguntarle que te ha pasado, mi chiquito? Y él me dijo: es que un niño me ha dicho una palabra muy mala. Yo le dije cual?, es una que no la puedo decir, porque es mala. A ver decime cuál? le dije, A lo que él me respondió Es una palabra que empieza con pa, pe, pi, po, pu, y termina con ta, te, ti, to, tu. Me hizo gracia por dentro, no me quise reir, para que viera que había hecho bien en defenderse. No estoy a favor de la violencia, pero no quería que mi hijo fuera un blando y que se dejara amedrentar con otros niños.


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